Jueves 21 de Enero, 2016 a las 20:40 Comunale Sport & Legal
Inauguramos la sección del “Scouting de Comunale” con este artículo, dirigido a analizar el modelo de juego del Real Madrid y los cambios, si los hubiera, que ha sufrido el mismo con el relevo en el banquillo de Rafa Benítez por Zinedine Zidane.
Para comenzar, queremos establecer una premisa fundamental, y es que, con sólo dos partidos disputados, no existen suficientes regularidades ni patrones como para realizar afirmaciones dogmáticas, e incluso nos cuestionamos que éstas aparezcan alguna vez, ya que dudamos cada día más del papel transmisor de conceptos o modificador de comportamientos del entrenador. Lo que ponemos en tela de juicio desde hace tiempo es que aquel sea el que determine la regularidad en los comportamientos de los jugadores (evidentemente, algo debemos “contaminar” el modelo los entrenadores), pero cada vez creemos más en la necesidad de no estorbar, de no "contaminar mucho" las propias capacidades del futbolista; mucho más, cuando surgen dudas sobre si realmente el papel del entrenador es más dinamizador, generador de "buen rollo", conversador, cohesionador… que implantador de teorías, principios o simplemente ideas sobre el modelo de juego (al ejemplo de Rafa Benítez y su posible desencuentro emocional con los jugadores por tratar de reordenar el “modelo liberal” nos remitimos). Todo ello unido a no equivocarnos mucho en nuestras funciones de entrenador “allineatore” o alineador, como dicen los italianos. En muchas ocasiones a esto se limita la función del entrenador, y quizá en el Madrid de los jugadores de 100 millones de euros ésta sea la clave.
Podría parecer que por nuestro escepticismo hacía la creencia de que los modelos los hacen los entrenadores (más bien, para nosotros, como mucho los imaginan) y nuestra proximidad hacía la creencia de que los construyen los jugadores, única y exclusivamente por su voluntad de edificarlos (deseo voluble y difícilmente perdurable sin ambición) nos alejamos del modelo, pero realmente consideramos que es todo mucho menos simplista, y en otra ocasión podremos abundar en ello.
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Dejando lo teórico para pasar al análisis de datos objetivos (si es que los datos destinados a desmembrar el complejo entramado sistémico y global que envuelve el juego y a los futbolistas se pueden considerar objetivos), y pasando a considerar aquellos aspectos más cualitativos del modelo de juego, en este caso del Real Madrid, hemos organizado el trabajo con base en tres vídeos evaluativos de cada una de las cuatro fases del juego:
VIDEO 1: ATAQUE ORGANIZADO
https://www.youtube.com/watch?v=lK1Zx8siuxU
Apoyándonos en este vídeo sobre la fase de Ataque Organizado que os mostramos, queremos afirmar que quizá sea en esta fase donde hemos visto a Zidane tomar decisiones más “Ancelottistas”, si nos permitís el término, y menos “Benitistas”; decisiones tal vez más soberanas y de fácil aceptación popular que centradas en las ventajas o inconvenientes del modelo de juego que ha heredado. Zidane ha decidido usar aquello que cuando estuvo como segundo entrenador le fue bien (ganaron la Décima) y puede que no haya dedicado tanto tiempo a a hacer un análisis más exhaustivo. ¿Sabia decisión?
Tales medidas han sido decantarse por el doble pivote con Kroos, quien tanto mareaba el de por sí inestable equilibrio del eje central del barco merengue, Isco como apoyo por delante (aquí creemos que es donde “Zizou” puede sumarse su primer quesito azul en honor al malagueño), Carvajal por Danilo, y CR7 con Bale alejados en la línea de tres atacantes; de este modo, si el Madrid se compensa o descompensa lo hace por los costados y no por el eje (una de las causas de la inestabilidad del juego de Benítez, en nuestra opinión) sin conjeturar con la posibilidad de buscar ubicaciones a la carta, como la de CR7 de 9 o Bale detrás del punta.
Ha existido un cambio en la disposición de los jugadores en el campo, y no tanto por el numero de defensas o centrocampistas (delanteros en el Madrid difícilmente serán otros distintos a la BBC), sino por las relaciones que se han establecido de forma inherente entre los jugadores elegidos por Zidane, por la propia naturaleza de su desempeño motriz; o lo que es igual, las relaciones que se han establecido entre los tres mediocentros (Kroos, Isco y Modric) han generado un contexto con unas características diferentes a cuando ese trío lo han formado cualesquiera otros mediocampistas (Casemiro, James, Kovacic, Lucas Vázquez, Jesé, etc).
Lo que creemos que ha sido visiblemente diferente es la proximidad y el escalonamiento de Isco con ese doble pivote, doble pivote que muchas veces hemos visto también en los planteamientos de Benítez, pero que ahora parece más triangulado, menos lineal, más atosigante y menos reactivo, más benefactor y prolongador de los ataques que equilibrador. Otras alternativas tienden a alinear a los mediocentros, con el riesgo de ser superados mediante pases que penetren por el dispositivo aunque, repito, no es nuestra intención desecharlas, sino contextualizarlas:
James tiende a lateralizar sus peticiones, por consigna técnica o premisa táctica propia, quién sabe, aunque suele abandonar la banda para aparecer en zonas de finalización (su juego tiende a ir de fuera a dentro).
Casemiro tiende a hundirse, lo que alinea, además de a la línea de colindantes, a la línea de delante y de atrás, posibilitando que el dispositivo sea penetrado en profundidad y anchura por descompensación de espacios laterales y de adelante-atrás; todo ello lo compensa, sin embargo, por el maravilloso esfuerzo que hace por ser solidario con los espacios y compañeros desequilibrados, así como por generar situaciones de ataque corto.
Kovacic, por su parte, es un jugador interesante en esa búsqueda del equilibrio entre jugadores corredores-velocistas (CR7, Bale o Benzema) que separan y desequilibran el equipo, y jugadores pasadores-equilibradores (Isco, James y él mismo) que deben juntar y proteger el balón en esos momentos en los que no hay forma de relacionarse con los corredores, por imposibilidad del tiempo o espacio.
Pero reforzamos nuestra teoría de que Isco es el jugador más defensa cuando el equipo ataca y el más delantero cuando el equipo defiende. No debemos olvidar tener una visión sistémica del juego, y creer que no existe ataque-defensa sino ambas simultáneamente, y que son necesarios jugadores que defiendan con la pelota en sus pies y ataquen desde el primer momento que no la tienen… Isco.
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Pasamos a analizar la fase de Contraataque, para lo cual os mostramos este video:
VIDEO 2: CONTRAATAQUE
https://www.youtube.com/watch?v=eN7F3fiO_BI
Al haber visto en estos dos últimos partidos al Madrid más penetrador, como vemos en las imágenes sobre el Contraataque, y apreciando también en las anteriores sobre Ataque Organizado que estamos ante un Madrid más conquistador de espacios a las espaldas, se nos viene a la mente la idea maquiavélica de que, con Benítez, los jugadores “no han querido correr” con la maravillosa ligereza que lo han hecho estos dos partidos.
Para conquistar espacios hay que correr hacia ellos, y además no una ni dos, sino muchas veces, para tan sólo recibir alguna, e incluso en muchas ocasiones buscando generar el espacio para que mi compañero se aproveche de él y no yo (gesto máximo de generosidad, empatía y compañerismo en fútbol, y que no es tan apreciado por el aficionado como un pase en boca de gol para que otro la empuje). Esa búsqueda constante del desmarque al espacio de CR7 y Bale, además de por la disposición táctica de Zidane que comentábamos, lateralizando a los dos en el arranque, debe tener otro motivo: tiene que llevar implícito algo emotivo-volitivo (emoción para empatizar y sensibilizarse con lo que el equipo y juego demanda y voluntad para querer hacerlo). ¿Pero para que eso lo veamos una y otra vez en el comportamiento individual y colectivo de nuestros jugadores en la fase de contraataque (cuando corresponda, evidentemente) es necesario destituir a un entrenador? Nos resistimos a creer que sea una condición “sine qua non”.
Como introducíamos en el texto indexado en el video, con jugadores como los que tiene el Madrid, velocistas, directores de contras, pasadores (especialmente Modric) y espacios a conquistar como los que dejaron Deportivo y Sporting en sus partidos contra el Madrid de Zidane, sólo hace falta que los tres de arriba elijan bien los momentos del desmarque, las trayectorias del mismo y que se produzca un ajuste espacio-temporal entre pasador y corredor (a veces del uno sobre el otro y otras del otro sobre el uno).
Eso que parece tan sencillo, en el Madrid muchas veces es muy complejo: en el partido contra el Deportivo, Cristiano, angustiado por no haber marcado aún, acumuló varias acciones de desajuste que le impidieron plantarse sólo delante del portero. Pero lo que queremos analizar no es el error o acierto, sino el conflicto de egos, muchas veces en torno al gol, de los delanteros del Madrid, personalizado en CR7 como sospechoso habitual. Ese aspecto también distorsiona las decisiones a tomar durante el juego, y quizás también sea una diferencia entre Benítez y su sucesor; no sabemos qué pasará con “Zizou”, pero lo que sí parece es que Rafa ha tenido distorsionadores en la toma de decisiones para resolver situaciones de juego. Ahí es cuando realmente existe un problema, cuando los intereses individuales difieren de los intereses que demanda el propio modelo de juego.
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En cuanto a la fase de defensa organizada y la transición hacía la organización defensiva, os proponemos el visionado de estas acciones de juego:
VIDEO 3: DEFENSA
https://www.youtube.com/watch?v=1dvHjp3ZhJc
Del análisis de dichas acciones consideramos destacable el continuo sentimiento de pertenencia al dispositivo defensivo de ciertos jugadores. De algunos sorprende menos que de otros (Modric e Isco son habituales y generosos en el esfuerzo por equilibrar, pero no suele ser así en otros como Bale, Benzema o Cristiano). Tras estos dos partidos con Zidane, esa actitud ha dejado claro que la predisposición al cambio de rol, al acoso permanente para recuperar, la intención por desposeer o la disuasión de trayectorias de pase, son medios de los que ningún integrante del equipo debe inhibirse, y es necesario hacer consciente a los más alejados de la portería propia de la trascendencia de sus conductas en el correcto funcionamiento del dispositivo defensivo. Sólo hay que mirar al rival: a Neymar y Messi no les está viniendo mal tener junto a ellos al delantero que más balones evita que vuelvan a campo propio, Luis Suárez.
Por todo lo explicado, seguimos expectantes y continuaremos con el análisis del “modelo Zidane”, para valorar si las conductas aparecidas son algo efímero o se mantendrán estables en el tiempo. Nosotros vaticinamos que aquello que haya cambiado, si es que algo ha cambiado, perdurará tanto como dure la ambición de todos y cada unos de los jugadores del Madrid por mantenerlo.